IE en el ámbito laboral

Según D. Goleman, la IE nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades para el desarrollo profesional.

Algunos estudios han descubierto la relación directa entre la IE y el burnout o desgaste profesional, por lo que un alto grado de IE es un factor clave para el camino hacia el éxito profesional en el ámbito laboral, ya que una de las competencias básicas de la IE es la capacidad de los seres humanos para relacionarse adecuadamente. Por lo tanto los trabajadores emocionalmente inteligentes facilitan las relaciones sociales de su entorno creando ambientes de trabajo más saludables. De ese modo el alto rendimiento y la productividad de un equipo de trabajo, dependerá del grado de inteligencia emocional de sus miembros para interactuar con el resto de su grupo y no de las capacidades individuales de cada uno.


"Las personas con mas IE recibieron mayores aumentos salariales por sus méritos y ocuparon puestos más altos que sus compañeros".

La relación entre liderazgo e inteligencia emocional se hace evidente, algunos estudios han comprobado que un líder emocionalmente inteligente motiva más y como consecuencia obtiene mejores resultados en su equipo de  trabajo. Pero en la actualidad la mayoría de empresas todavía siguen seleccionando a sus trabajadores por sus conocimientos técnicos o su grado formativo y, los acaban despidiendo por su falta de habilidades a nivel emocional, de ahí la importancia de adquirir tanto habilidades cognitivas como habilidades emocionales a la hora de encontrar un trabajo o permanecer con éxito en él.

Epstein, ya apuntaba en el año 2001 que las personas con un alto grado de IE tienen una estructura de pensamiento flexible, adaptando sus modos de pensar a las diferentes situaciones, además, se aceptan bien a sí mismas y a los demás, suelen establecer relaciones gratificantes y generalmente tienden a conceder a los otros el beneficio de la duda, consiguiendo junto con la autoeficacia mejores relaciones con su entorno social y ser trabajadores realmente eficientes.

La IE no es una cualidad innata del ser humano y por lo tanto se puede aprender. Según el investigador Edgar Bresó, quizá es el momento de poner en práctica las capacidades emocionales en las organizaciones. Especialmente en tiempos difíciles y de crisis en los que la creatividad es más importante que nunca; según este autor la inteligencia emocional puede llegar a convertirse en una eficaz herramienta para potenciar el desempeño de los equipos de trabajo y las empresas en su conjunto.

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